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De Visita por la Atalaya

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De Visita por la Atalaya

Naturaleza Muerta de J. PadillaHoy nos encontramos en calle Cervantes, un lugar auténticamente jerezano, su fisionomía junto el aroma que desprenden las Bodegas de Sánchez Romate hacen acentuar parte de nuestros sentidos. Avanzamos hacia las puertas de lo que conocemos popularmente como ‘el Museo de Relojes’, siendo ‘Los Museos de La Atalaya’ su nombre legal.

Retrato de la Condesa de GavíaJunto a estas preciosas y enrejadas puertas nos recibe amablemente la directora comercial Miriam Morales Lara, invitándonos a conocer al ‘señor Palacio del Tiempo’, un agradable palacete neoclásico de estilo victoriano nada más ni nada menos que del año 1873, construido como residencia de Manuel Sánchez Romate, iniciador junto a su hermano Antonio de la conocida firma bodeguera Sánchez Romate.

Al abrirse las puertas del palacio, lo primero que salen de nuestras bocas es un; ¡Qué bonito! En ese instante (para nuestra sorpresa) nos dan la bienvenida el esqueleto del fantástico reloj de Losada, cuya carcasa se encuentra sin manillas en la céntrica plaza de Arenal y utilizado muchas veces como punto de apoyo (no se vayan a caer) de algunas o algunos viandantes que se paran para atarse los cordones de los zapatos, aunque también tiene otra gran utilización como estratégico ‘cagadero de palomas despistadas’ o, que simplemente no encuentren dichas palomas sitio para hacer sus deposiciones en el solicitado monumento de Benlliure y deben volar a este hueco reloj…

Reloj de la Colección del Museo¡Al lío! Saludamos a la Condesa de Gavía, y seguimos “pa´lante, como los de Alicante”, entrando con ritmo en ‘el salón del Sherry’ un magnífico recinto donde la idea es poder catar distintos jereces y maridarlos con las sonerías y campanadas de piezas únicas de los maravillosos relojes que comprenden entre los S.XVII y XIX. Una visita temática denominada ‘Tic Tac Sherry’ que da matices de aire fresco al mundo del vino de Jerez.

Reloj de la Colección del MuseoA medida que avanzamos el palacio se va entregando, se hace intimista, nos sonríe y nos descubre la entrada a su gran tesoro; su Museo de los Relojes. Una extraordinaria colección que quiere compartir todo su esplendor con todas las jerezanas y jerezanos que quieran visitarlo, pero por lo visto debe de haber otros asuntos más importantes, gestionados por “los zeñore d´arriba”, como una esplendorosa ciudad (dicen…) que lleva años “construyéndose” y la llaman del Flamenco. Será… (Pienso) por las migraciones de estos ‘pájaros’ que algún experto querrá colocar allí para que descansen de su larga travesía (esperemos no sea otro cagadero de aves). Porque la única ciudad que conocemos hasta ahora del flamenco y el buen cante gitano es Jerez.

Reloj de la Colección del MuseoReloj de la Colección del Museo
Nosotros nos quedamos absortos ante tal belleza, donde el suave latido Tic tac tic tac… de nuestro amigo el Palacio nos hace pasar del ¡Qué bonito! Al ¡Qué maravilla! Además de la ventaja de que por mucho tiempo que estés caminando por los salones y pasillos del palacete siempre sabrás la hora exacta.
Reloj de la Colección del MuseoReloj de la Colección del Museo
No os contamos nada más, porque hay pocas palabras que definan esta magnífica colección de 302 piezas donde son 280 las que se exponen en este Museo único en España. Sólo os avanzamos un detalle, chivateado al oído por Miriam (ahora el chivato soy yo) sin que el palacio se entere; en todos los relojes con numeración romana, el número 4, no se escribe IV, sino IIII. ¿Por qué será? Solo hay que darse una vueltecita por aquí para averiguarlo.
Reloj Inglés. Siglo XIX. Carrillón de Máquina inglesa
Y diciéndole un hasta luego al amigo ‘Palacio del Tiempo’ por su hospitalidad, nos dirigimos al museo del Jerez, también denominado ‘Misterio del Jerez’, y es que algo misterioso debe de haber en aquel lugar cuando en sus tiempos quiso ser, porque no lo es, el museo de los vinos de Jerez.

Bodegas antiguamente pertenecientes a Sánchez RomateAl entrar encontramos dos bodegas antiguamente pertenecientes a Sánchez Romate. Conocido en su tiempo como las bodegas de los Sindicatos, porque según cuentan “se produjo la primera reunión sindical de trabajadores de bodegas en Jerez”, advertimos una estructura que data de 1881, y cuyos nombres reales son Don Jorge y Don Federico. Y en la de Don Federico es donde se localiza justamente la sala del ‘Sherry’ para nosotros del ‘Jerez’. Vislumbrándose un espacio didáctico del mundo del vino de nuestra tierra, desde la vendimia al sistema de Criaderas y Soleras, pasando por el Vinagre y el Brandy de Jerez.

Misterio del JerezTodo en un espacio muy recomendable para visitar y aprender de una forma rápida y sencilla el complejo proceso de nuestros generosos. Además de poseer todas las marcas de jereces, vinagres y brandies de nuestro Marco. Todo un lujo patrimonial que se suma a la reutilización del recinto bodeguero para convertirlo en una gran sala de congresos del S. XXI, donde se presentan unas enormes pantallas, cuatro en total, únicas en España. Y que justo aquí se presentará el I Foro Iberoamericano del vino. ¡Ahí es ná!

Misterio del JerezAl salir de este complejo museístico, nos despedimos de Miriam, besito, besito y miramos atrás… y después hacia delante, sin colas, vacio, impensable… un lugar patrimonial que si estuviese en cualquier ciudad sería todo un orgulloso símbolo, donde podrían poner el precio de entrada que quisieran, porque los visitantes seguro lo pagarían y aquí, en Jerez, a sus ciudadanas y ciudadanos nos cuesta ¡¡¡¡UN EURO!!!! Y no lo visitan… En ese instante nos vuelven a embriagar las bodegas de la calle Lealas, junto a los aromas que desprenden los jardines de ‘La Atalaya’ y en ese intervalo nos surge una pregunta visceral… ¿Somos conscientes las jerezanas y jerezanos del patrimonio que tenemos? …Francamente, poquitos parecen conscientes, pero gracias a Baco o el que sea, esos conscientes seguirán trabajando y luchando por “La nuestra” cultura patrimonial, la consciencia y nuestra ‘Identidad’. ¿Empezamos a formar parte de ellos?

Agradecimientos a la Directora comercial de la Fundación Andrés de Ribera Miriam Morales Lara, por su trato, tesón, explicaciones del complejo museístico y confianza en esta Sacristía para buenos caminante.