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Tabancos en el Barrio de San Pedro: Un poquito de Historia

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El Guitarrón
Imagen cedida por José Toro
Stmo. Cristo de la Coronación de espinas por la artista plástica Inma Peña
Stmo. Cristo de la Coronación obra de Inma Peña

El barrio de San Pedro es uno de los arrabales menos comentados en la historiografía jerezana. Es un barrio señero, con una iglesia principal que da nombre al arrabal y una capilla, la de los Desamparados donde se encuentra El Señor de la Albarizuela. En este arrabal se encontraba el funsario o cementerio judío atestiguándolo en el presente la nomenclatura de la calle Honsario, por ser los terrenos más cercanos a la judería de intramuros.

La imaginería también estuvo presente en San Pedro, con maestros de la talla del retablista Andrés Benítez, que renunció a catalogarse como carpintero de lo blanco o Jacome Baccaro, un genovés afincado en Jerez donde trabajó incansablemente y que mantiene importantísimas obras tanto en talla como en piedra en la ciudad y alrededores.

Hijos predilectos como Juan Manuel Durán teniente que cruzó en la denominada empresa aérea plus ultra por primera vez el Atlántico. Figuras como no, de ingleses, esos ingleses que tanto disfrutan de nuestro ‘Sherry’, de nuestro Jerez desde los tiempos de la reina Isabel primera. Ingleses bizarros para la historia de Inglaterra y la Gran Bretaña que estuvieron en el Barrio de San Pedro probando seguramente más de una copa de Vino de Jerez.

Lord Byron
Lord Byron

Entre ellos encontraríamos a Lord Wellington (el mismo que derrotó a Napoleón en la batalla de Waterloo), que pasó por nuestra ciudad y se afincó en el barrio persiguiendo a las tropas napoleónicas, o el famoso poeta Lord Byron, que dormitó en el arrabal para hacer una visita a los Gordon, en especial al anciano bodeguero Arthur Gordon y probar a pie de bota «desde su misma fuente» los vinos de Jerez.

Los Tabancos en el Barrio de San Pedro también forman parte de esa historia del barrio, donde la industria vitivinícola creaba a su alrededor toda una amalgama de centros de reunión, donde sobre todo los hombres entraban a cantar, degustar sus vinos y conversar sobre las situaciones que correspondería a su tiempo.

San Pedro estaba lleno de innumerables tabancos, el barrio poseía una taponería y un despacho de vino de Palomino y Vergara también conocidos como PALYVER, pero sin duda alguna, los tabancos eran el principal atractivo social en los años 70 del pasado siglo XX. Tabancos como el Nº1 situado en calle bizcochero arteria principal del barrio y frente por frente a la calle Caracuel.

Plaza de las Angustias, Jerez
Plaza de las Angustias, Jerez

El tabanco Eloy cerca de la plaza de la iglesia principal en calle bizcocheros y frente por frente a calle Doctrina, la Pandilla situada en calle los valientes o La Manchega, tabanco que Juan de la Plata nombra en su libro Los tabancos y ventas de Jerez y donde su primitivo dueño, Juan Corrales, vendía vinos tintos de Valdepeñas de gran calidad, fuera aparte por supuesto de los vinos de Jerez.

Hago un inciso en este tabanco por la importancia que tiene en nuestro presente, ya que este tabanco duró hasta 1989 y en los últimos veinte años fue denominado como tabanco el Guitarrón, «debido a que en su interior, en una de sus altísimas paredes aparecía colgada una enorme guitarra que había servido de decorado en el Teatro de Villamarta para un concurso de cante flamenco organizado por el Ayuntamiento».

Tras la desaparición de los tabancos en el barrio, San Pedro quedó huérfana de parte de su historia. Pero entre 2013 y 2014 el barrio volvió a ver la luz, un atisbo de esperanza que ha resucitado el tabanco en pleno corazón de San Pedro. En plena calle Bizcochero y esquina con calle Doctrina, casi en la pequeña plaza de la Iglesia Principal encontramos el tabanco el Guitarrón de San Pedro. Antiguamente fue conocido como el almacén de Andrade. Hoy en día ofertan la gama completa de vinos de Jerez incluido el Pale Cream tanto en primeras marcas como a granel.

Hay una apuesta sensata por los vinos de la tierra de Cádiz, en este caso potencian marcas de firmas tan señera como Gonzalez Byass y su vino tinto Moncloa, pionero en recuperar por 2008 una uva tan nuestra como la Tintilla de Rota. En su carta invitan a maridar jereces con todo tipo de tapas, con precios económicos solo hecho para poder degustar el Jerez. El Tabanco el Guitarrón de San Pedro es una apuesta por la cultura, donde sus propietarias Mireia Dot y Lola Rodríguez ofrecen a parte del vino, oportunidades a jóvenes y no tan jóvenes que apuestan por la pintura, la poesía, la música, el flamenco, e incluso la radio.

El Rincón del Abuelo
El Rincón del Abuelo

Y caminando un poquito más abajo, en la misma calle Doctrina, la cultura del vino existe también de forma particular, aquí en el número 31 existe una verdadera joya enológica.

Una pequeña bodeguita privada denominada El Rincón del Abuelo, donde en 5 medias botas de roble americano descansan entre ellos un amontillado Vors o vino de más de 30 años, un oloroso dulce, un amontillado y olorosos de incalculable valor. Un sitio que es un verdadero museo donde cuelgan rociadores, duelas, jarras y cestos de esparto que invita con el vino propio de esta bodeguita a apreciar el Jerez de forma intima entre buenas y buenos amigos.

Francisco José Becerra en Ciudades de Noche JerezY en la calle los valientes, encontramos el Tabanco La Pandilla, uno de los tabancos con más solera de Jerez, siendo su primera apertura el 3 de Julio de 1936.

Tras una nueva ‘reapertura’ el 22 de Marzo del 2013, por sus nuevos propietarios Antonio Ruiz Moreno y Bosco Delage Darnáude la Pandilla vuelve a resurgir, tras su remodelación, en este establecimiento de unos 200 metros cuadrados. Se han respetado al máximo la decoración de antaño, conservándose carteles de toros y reproducciones “oseas” taurinas inventadas por el artista de “la esqueletomaquia”, Carlos González Ragel y representadas in situ, por el pintor Luis Mateos, alias “Luma”, para el tabanco, sus parroquianos y el disfrute de sus clientes.