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La Botella de Jerez de la Frontera

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Juan Gris. El reloj
Juan Gris. El reloj, 1912 París. Óleo y collage sobre lienzo, 65×92 cm. Cubismo Sintético. Colección privada.

En 1912 Juan Gris coloca una botella de Jerez en su obra ‘El Reloj’. Un collage al óleo sobre lienzo que pone de manifiesto la popularización que tuvo el Jerez fuera de nuestras fronteras en la vecina Francia, a comienzos del siglo XX.

Da igual la marca o tipo de vino, es de Jerez de la Frontera, con eso me vale, y más viniendo de unos de los padres del Cubismo Sintético quien, como la mayor parte de los artistas que emigraron a París, pasaría calamidades por conseguir un hueco en las galerías de arte más vanguardistas.

Madrileño de nacimiento, José Victoriano González-Pérez, más conocido por su nombre artístico Juan Gris, fue un pintor e ilustrador español cuya actividad artística desarrolla fundamentalmente en la capital francesa.

Nace en 1887 en el seno de una familia acomodada, lo cual posibilita sus estudios en la Escuela de Artes y Manufactura de Madrid, así como en el estudio de José Moreno Carbonero. Durante su adolescencia trabajaría como ilustrador para diferentes publicaciones, entre las que podemos destacar ‘Madrid Cómico’ o ‘Blanco y Negro’, además de decorar contenidos y cubiertas de obras literarias como ‘Alma. Museo. Cantares’ de Manuel Machado, ‘Alma América’ de José Santos Chocano o ‘Canciones del camino’ de Francisco Villaespesa, entre muchas otras.

En 1906 decide irse a vivir a París con el deseo de vivir una vida bohemia y desarrollar su arte en la cuna de la vanguardia pictórica. En la capital francesa entabla amistad con Pablo Picasso, figura decisiva en su vida, ya reconocido en la ciudad como un pintor de talento que se encontraba en el proceso de trabajo de un nuevo estilo que recibiría el nombre de Cubismo.

Picasso le consigue su primer estudio en el famoso Bateau Lavoir de Montmartré además de introducirle en el ambiente artístico e intelectual, crítico y marchante de la ciudad, haciendo amistad con los pintores Georges Braque, Amadeo Modigliani y Fernand Léger.

Hasta 1911 vive años inestables, en los que problemas de índole económico le obligan a realizar trabajos como ilustrador para revistas y periódicos franceses. Aunque poco a poco deja el campo de la ilustración para centrarse en la pintura.

Gracias a la influencia de la obra de Cezanne, Picasso y Braque se adentra de lleno en la corriente Cubista, consiguiendo dar a conocer su obra al público mayoritario de la convulsa vida artística parisina entre los años 1912 y 1913.

El Reloj, realizado en París en 1912 supone un punto de inflexión en su trayectoria como pintor cubista. Hasta esta fecha su obra recreaba las experiencias compositivas que se venían desarrollando en el estilo desde 1906. Un mundo geométrico y reconocible, de luces y sombras monocromas, que poco a poco va a ir sintetizándose, gracias a la fragmentación de las figuras, cuyas siluetas comenzarán a compartir entre ellas áreas interrelacionadas.

En esta obra, como herencia del Cubismo de Braque, introduce por primera vez la literatura como elemento del collage; dos fragmentos de poemas de Apollinaire que tratan sobre el paso del tiempo y el amor perdido. Junto a otros elementos de carácter realista como el reloj de bolsillo – que da nombre a la obra – o la etiqueta de la Botella de ‘Jerez de la Frontera’, invitan a reflexionar en su conjunto la idea sobra la que tratan los textos.

De la importancia de abordar las composiciones desde un enfoque diferente, así como el uso de recortes de cartón y papel, surgiría un nuevo lenguaje visual en la obra de Gris que, sin abandonar el Cubismo, desarrollaría un estilo personal, denominado Cubismo Sintético, al que permanecería fiel hasta sus últimos días.

Fallecería de uremia el 11 de mayo de 1927 en Boulogne-sur-Seine y al igual que otros pintores vanguardistas coetáneos, su obra tendría escaso reconocimiento en los circuitos culturales de nuestro país. Sería en la década de los 80 cuando diversos fondos museísticos adquirirían piezas suyas para las colecciones. Tal es el caso de la amplia muestra que posee el Museo Reina Sofía o la Fundación Telefónica.