Nos situamos en la Calle Arcos dejando atrás el Teatro Villamarta, justo en la esquina de calle Doctrina se encuentra en el número 5, la Freiduría Gallega el Nuevo Jerezano. Como puerta de entrada al barrio San Pedro, más comúnmente conocido como el Freidor de la calle Arcos o la Gallega.
Entramos en el establecimiento al compás del punteo del tema “sé de un Lugar” de Triana. Se saluda a la parroquia y nos dirigimos a la barra. Nos atiende de momento Luís Miguel Ordóñez, hacemos los correspondientes saludos y vamos a lío. Son las doce y ocho minutos y por tradición y ser la primera copa del día calentamos el buche con un copazo de Jerez Oloroso. Chasqueo de lengua en el primer sorbo y recuerdo cuando en una de las muchas tertulias realizadas en el Freidor, un parroquiano me comentó “el oloroso te deja un largo a ‘maera’”. Pues a madera y a mucho más te deja en boca el oloroso, ¡puro jamón pata negra!
Contemplamos el establecimiento y empezamos a oler a fritura de pescado, acaban de sacar una bandeja de choco y pescadilla. Buen incienso para empezar a levantar el gusanillo.
El Freidor en aquellos tiempos denominado La Gallega – a secas-, abrió por primera vez sus puertas en Marzo de 1934 -por entonces-, transcurría un mes inmerso en una España republicana, donde el escritor Juan Ramón Jiménez retiró sus versos de la segunda edición que preparaba Gerardo Diego de su antología ‘Poesía española’ y, en la Alemania nazi, privaron de su nacionalidad al premio nobel de Física Albert Einstein debido a sus orígenes judíos. Ese mismo Marzo de 1934 se levantó la bandera de los chocos fritos en Jerez, pescadillas de Cádiz y el cazón en adobo envueltos en papel de estraza. Dos socios gallegos, Daniel Villar y Manuel Cabaleiro fueron los artífices de traer lo mejor del mar a Jerez.
Hubo malos tiempos también, como nos comenta Antonio Sañudo, gerente de la Freiduría, pero para digerirlos cambiamos el tercio y nos tomamos una copa de Fino bien frío junto a una tapa de huevos de chocos aliñados con sus respectivos picos. ¡Vamos allá! cuéntanos Antonio.
El Freidor estuvo a punto de cerrar al jubilarse los dueños, “Por tanto, se formó una cooperativa en 1994 para salvar el negocio” nos simplifica el gerente. “y, nos pusimos de acuerdo los cinco que éramos. Hoy en día sólo quedamos tres, formando hace siete años la Freiduría Gallega el Nuevo Jerezano S.L.” ¡Ole Joé!
Pero el Freidor en sí es un establecimiento que sigue manteniendo la esencia desde hace más de ochenta años, incluso, nos arriesgaríamos a decir, que el Nuevo Jerezano es el freidor más antiguo de Jerez. Ya que los trabajadores que atienden a los diversos clientes llevan más de cuarenta años trabajando tras esa misma barra.
Entre esos camareros, encontramos a Juan Nieto, hoy es su día de descanso, pero aun así, está presente en el otro lado de la barra disfrutando de un buen fino, -otra pata negra de nuestros vinos- maridándolo junto a una tapa de pescadilla frita. Tenemos a Alfonso Naranjo en la freidora junto a José María Torrent (el Papi). Allí está el corazón del freidor, buen aceite de oliva, la mejor harina y el pescado más fresco de la costa gaditana hacen del Freidor un punto de encuentro de los amantes del pescado. Para parroquianos como Faly Fajarro, “el Freidor es el punto cero del mundo mundial”.
De hecho, muchos de los clientes que frecuentan el Nuevo Jerezano, son del mismo barrio de San Pedro, curiosas anécdotas incluidas la de mi padre cuando jugaban al fútbol o, a diversos juegos de la época, allá por la década de los sesentas. Iban al freidor para paliar un poco el dolor de estómago y los hosteleros de entonces, “nos daban las zurrapas que sobraban del pescado frito, en cartuchos de papel de estraza. ¡Qué bueno estaba eso, chiquillo por Dios!”, nos afirma un parroquiano que se está comiendo una tapa de chocos fritos.
Otras de las anécdotas vividas por el que escribe en la llamada esquina (final de la barra) del Freidor, donde se reúnen los más incondicionales a este establecimiento, yo siempre la he conocido como “la esquina del Papi”. Se reunían y reúne la clientela de toda la vida, entre ellos gente de la mar, como ‘el Papi’ o ‘el Torero’. Pero a lo que vamos, en una de estas, compramos unos cangrejos y ‘el Papi’ (José María Torrent) lo abrió por la mitad y me dijo “así se aliña un cangrejo en el Puerto de Santa María”. Cogió al crustáceo, machacó el interior de coral con un tenedor pequeño para más tarde echarle un dedo de Fino. Imaginaros como estaba eso. Ya os lo digo yo.. ¡De Tronío!
El Freidor, es también uno de los establecimientos que mueve muchísimo vino de Jerez, manteniéndolo fresco, sobre todo el Tío Pepe. Ya que al igual que la Taberna Petra es uno de los bares donde existen más ‘Lainístas’ –consumidores de la marca La Ina-. La Gallega es ‘Tío Pepista’ por antonomasia.
El Nuevo jerezano mantiene el fino de González Byass, como se dice en el argot de barra “recién ordeñado”. Son innumerables los ‘tío pepistas’ que se aproximan a tomarse unas copas de este prestigioso Jerez. Entre ellos un parroquiano muy conocido, -que me guardo su nombre con todo el respeto- que a base de papel y bolígrafo me comentó en su debido momento, que él, desde los veinte años, todos los días hasta el presente se bebía una botella de Tío Pepe, y que con la edad que poseía haciendo cálculos salía alrededor de unas 25 botas. ¡Ahí es Ná!
Pero cambiando el tercio, en cuanto a las fritadas como los chocos, el cazón en adobo, la pescadilla de Cádiz, las huevas fritas, el gallo frito y por supuesto los famosísimos chipirones únicos en todo Jerez se acompañan con una representación muy amplia de Vinos de Jerez, incluyendo varios VORS. Todo un lujo, sin lugar a dudas, donde uno de los pedidos estrellas es la oferta de kilos variados por dieciocho euros. También las tapas se llevan la palma del Cristo de la Borriquita. Los chicharrones son de categoría, pero lo mejor es que podemos encontrar tapas desde la famosísima ensaladilla del Freidor a las extraordinarias huevas aliñadas. Pero también tapas más difíciles de encontrar en la ciudad como los huevos de chocos ‘aliñaos’, pulpo a la gallega o gambas frescas de auténtica categoría –cuando las tienen-.
El Freidor es un lugar de encuentro en Jerez, donde prima la calidad y el buen precio, uno de los establecimientos con más solera de nuestra ciudad, donde reúne todo tipo de clientela. Un establecimiento que mantiene la tradición y el buen hacer y, no lo digo yo, lo dicen también las grandes personalidades como el presentador de televisión Jesús Quintero, la actriz Victoria Abril y un sinfín de artistas, periodistas y deportistas que han pasado por la barra del “punto cero del mundo mundial”. Ahora toca seguir disfrutando del Nuevo Jerezano, el Freidor de Jerez.