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Una ‘Mesa del Jerez’ para el futuro

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Una Mesa del Jerez para el futuro

El Ayuntamiento de Jerez abre la puerta a que el Consejo Económico de la Ciudad debata propuestas para que el sector vitivinícola busque una mayor dinamización y rentabilidad, con el ‘origen’ en el centro de un análisis que busca que se quede en la comarca el mayor empleo posible relacionado con la viña y el vino, sin renunciar a los usos de explotación turística.

El objetivo es ayudar a dinamizar la economía y el empleo del Marco de Jerez. Por primera vez, los grupos políticos del Ayuntamiento se involucran en la estrategia futura del sector, tras aprobar por unanimidad la propuesta que llevó al último pleno Ganemos Jerez. El tema se ha derivado al renovado Consejo Económico de la Ciudad, que lo abordará a la vuelta del verano.

Esta propuesta de Ganemos Jerez tiene distintos puntos novedosos que no habría que pasar por alto, sobre todo en este momento de renovación que se está viviendo en el sector vitivinícola. En primer lugar, el planteamiento del debate toca la propia organización del sector en aras de que el máximo valor añadido –y, en consecuencia, de la producción y el empleo que se genera- se quede en la comarca. Y la invitación a que se genere dicho debate parte de un análisis previo muy interesante en el que Ganemos Jerez, muy al día, recoge las últimas propuestas, demandas –e incluso realidades- en las que se mueve actualmente el Marco de Jerez y las lanza como posibles dinamizadores del sector vitivinícola, tanto a corto como a largo plazo.

Así, esta formación política –y en consecuencia todo el pleno municipal que ha votado a favor- apuesta firmemente por una vuelta al origen, a la tierra… a la viña, en definitiva. Se trata de potenciar y dar valor al producto elaborado íntegramente en la comarca de Jerez, incluido el destilado de alcohol procedente de uva del Marco (sin descartar la posibilidad de que alguna empresa o una las siete cooperativas existentes diera un paso adelante para disponer de una destilería propia), en línea con la voluntad expresada hace tiempo por los viticultores de Asevi-Asaja o la forma en que viene trabajando por ejemplo la bodega José Estévez desde hace dos campañas con sus finos, manzanillas y amontillados, con todo el ‘liquido’ embotellado a partir de mostos de Jerez, incluso el alcohol con el que obligatoriamente se encabeza el vino de Jerez para alcanzar el grado reglamentario.

Se trata, como recoge literalmente la propia propuesta de Ganemos, de “apostar por la calidad teniendo siempre el origen como referencia. Esa apuesta por el origen vendría a reforzar el proceso de puesta en valor del vino de Jerez y su peculiar forma de elaboración”.

También en relación con el origen se habla de determinados aspectos convergentes con este concepto, con el terruño como propuesta de un nuevo eje vertebrador para la zona de producción o incluso la potenciación de variedades autóctonas del Marco frente a las foráneas, en busca de consolidar vinos de calidad que aporten exclusividad e incluso originalidad. Respecto al primero de los temas, es un hecho constatable que cada vez en mayor medida hay vinos de Jerez que resaltan en su etiquetado el pago del que proceden las uvas a partir de las que son elaborados (también ocurre en vinos tranquilos, blancos y tintos adscritos o no a la denominación de calidad Tierra de Cádiz), lo que se contempla por parte de las bodegas, claro está, como un signo de distinción que puede aportar valor añadido.

Por lo que se refiere al segundo, hay que centrarse principalmente en el brandy de Jerez. Cada vez son más las voces que ven el renacer de esta bebida –no se puede hablar de otra palabra después de que hace casi una década muchas bodegas sacaran a sus principales marcas de la categoría solera de la denominación específica para convertirlas en ‘bebidas  espirituosas’ a fin de pagar menos impuestos al reducir el grado y abaratar también el coste de la materia prima al elaborarse a partir de destilados que no tienen que ser forzosamente de vino- renacer, decíamos, mucho más ligado a la tierra (otra vez el concepto ‘origen’ se pone sobre la mesa) de cómo ha funcionado la denominación específica hasta ahora, por lo que propugnan que cada vez en mayor medida, al menos comenzando con la categoría de mayor calidad, la gran reserva (aspecto en el que vienen trabajando varias casas de Jerez), que se elabora a partir de destilado de vinos y mostos de Jerez.

Además de la diferenciación –de nuevo cabría aquí hablar de la búsqueda de valor añadido- hay que pensar en las posibilidades que se abrirían para la viña de todo el Marco si el alcohol para elaborar brandy de Jerez –además del alcohol que se utiliza para encabezar vino de Jerez- fueran a partir de uvas de la comarca. En la actualidad, algunas casas trabajan por su cuenta en la elaboración de grandes reservas a partir de materia prima del Marco de Jerez e incluso González Byass y Fundador participan en Bestbrandy, un programa de I+D+I con participación universitaria para la elaboración de brandy exclusivamente a partir de uvas autóctonas, caso de Palomino y Pedro Ximénez, por lo que a medio plazo cabe esperar que estas iniciativas salgan al mercado en busca de su propio consumidor.

Este no es un asunto baladí, ni mucho menos. Si el sector se aprovisionara en origen de alcohol para estas dos demandas ahora mismo ‘optativas’ y claramente minoritarias, se crearían del orden de 500 empleos directos para atender el viñedo que sería necesario para dicho abastecimiento, según información recabada también por Ganemos, aunque este aspecto concreto no ha sido incluido en su propuesta.

Pero cabe preguntarse qué hacen otros espirituosos competidores del Brandy de Jerez a nivel mundial, cómo están estructurados, cuál es su relación con el origen. El Armagnac francés podría muy bien servir de espejo, pero claro, Armagnac es una denominación de origen, y como tal, en su reglamentación se recoge su elaboración a partir de distintas variedades de uvas reconocidas en una zona de producción determinada e incluso se distinguen subzonas de procedencia (cuatro) para conseguir una mayor especificidad del producto. Frente a este ejemplo, con uvas reconocidas en zona de producción reconocida e incluso con subdivisión reconocida (nuevamente el origen, esa palabra) no hay comparación posible: nos encontramos con que Jerez hasta ahora ha sido incapaz siquiera de iniciar un debate real para que al menos la categoría superior de su espirituoso, el gran reserva, se elabore a partir de destilados del Marco de Jerez.

Por último, habría que referirse al papel que podrían jugar las cooperativas del Marco en este nuevo escenario. El resumen es simple: si los asociados de las cooperativas son propietarios del 50% del viñedo serían las primeras beneficiadas en que tanto el vino como el brandy confirmaran avances hacia el origen. En un momento de reconfiguración de sus relaciones y de su papel en el sector tras la desaparición de Aecovi-Jerez, este asunto debería pasar a ocupar un papel principal en la agenda de las cooperativas.

Bien… No hay que perder de vista que para la puesta en marcha de algunas de estas iniciativas y propuestas hace falta dinero, dinero que en la propuesta de Ganemos Jerez no se reclama de manera pormenorizada pero si se recoge de forma expresa la posibilidad de que se busquen fondos comunitarios, en concreto se cita ITI, Feder y Feader. Estos fondos, sobre todos los ITI, de momento están coadyuvando en mayor medida al otro soporte en el debate sectorial que ha activado Ganemos, el enoturismo, básicamente a través de rutas a caballo, en 4×4, en bicicleta, el avistamiento de aves… actividades que aprovechan la remodelación de los caminos de la campiña y el fomento de la creación de empresas que den respuesta a una demanda creciente en este sentido. Además se tendría siempre en cuenta la implementación de medidas encaminadas a la mejora del medio ambiente.

La iniciativa que tiene sobre la mesa el Consejo Económico de la Ciudad pide la implicación del Consejo Regulador, distintas consejerías de la Junta de Andalucía (incluyendo órganos como el Rancho de la Merced), la Universidad de Cádiz, Centro Andaluz de Investigaciones Vitivinícolas, Horeca, el Clúster Turístico Destino Jerez… Parece lógico que desde todos estos ámbitos se genere actividad que venga a enriquecer el debate. No obstante, el propio Consejo Económico haría bien en animar a todas las asociaciones económicas –sobre todo las empresariales, dado el cariz dinamizador de esta propuesta- a que a su vez se dirijan a sus asociados para conocer de primera mano cuáles son sus propuestas, inquietudes o necesidades.

El tema queda sobre la mesa… ahora está en la mano de los interesados que se abra una nueva etapa en la que las nuevas propuestas que se barajan el sector cristalicen e incluso se faciliten posibles vías de financiación o si, por el contrario, como ha ocurrido otras veces, todo caiga en el olvido. Los políticos –en este caso Ganemos- han dado el primer paso, por una vez recogiendo propuestas concretas y con un enfoque al día. Será el propio sector vitivinícola, invitado por el Consejo Económico de la Ciudad, el que tenga la palabra…