Inicio Cultura El Neón de Garvey

El Neón de Garvey

1279
El Neón de Garvey

Habré pasado por este Neón miles de veces, de las cuales siempre me llamó la atención la manera de iluminar la noche jerezana, el color azul característico que le daba a nuestra avenida Álvaro Domecq. Siendo uno de los últimos supervivientes junto al letrero de emblemático Gallo Azul, que sobreviven a duras penas en el casco histórico de Jerez.

El Neón de GarveyLo que es curioso, es que en todos estos neones se hace nombre a la ‘Marca Jerez’, sin ir más lejos, y acercándose a la capital hispalense, en la misma plaza de Cuba abre la avenida de República Argentina un letrero de Tío Pepe, el mismo que saluda con su rojo gorro de ala ancha a la Torre del Oro, y hace un guiño a la Giralda cada noche.

En Madrid, la capital de España, es la misma casa la que conserva en la madrileña Puerta del Sol, un neón que te invita a beber Andalucía. Un letrero de historia instalado allí desde 1935 (resistiendo altanero hasta a los bombardeos de La Guerra Civil) incluso ha sobrevivido al indulto político en 2010 del ex alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, tras su cruzada contra la proliferación de anuncios de neón en el centro de la capital.

Puerta del Sol

Puerta del Sol

El Neón de Garvey

Allí, sigue estando el icono creado por Luis Pérez Solero, saludando orgulloso a todo el que le quiera tirar un besito, y el primero que se lo tira es el pueblo de Madrid declarándolo ni más ni menos patrimonio de la ciudad.

¿Y en Jerez? parece que seguimos haciendo uso de nuestro apellido ‘de la frontera’ para tapar con un tupido velo lo que hemos conseguido orgulloso entre todos.

Puede que artísticamente no sea comparable con los letreros mencionados más arriba y aunque ahora mismo la palabra Garvey parezca, apelativo de vergüenza para muchos. Para el que escribe, solo denomina a una bodega jerezana fundada en 1780, aportando una gama legendaria de jereces al mundo gracias al tesón de sus técnicos, capataces, ‘arrumbaores’, trabajadoras y trabajadores, toneleros y un largo etcétera.

Lo demás, son conjeturas para no darle de nuevo al interruptor de la luz.