Llegada las siete de la tarde, la Plaza del Arenal se llenaba de niños y niñas para poder disfrutar con el cuenta cuentos interactivo de “Flor la levadura del Sherry”.
Lo que no sabían es que además de pasar un rato divertido, iban a aprender nuestra cultura, ya que “Flor, la levadura del Sherry” pretende acercar a los más pequeños y pequeñas de la casa la vitivinicultura, uno de los pilares fundamentales de la cultura y de la economía de la provincia de Cádiz.
Flor, en voz de Carmen Granados y Noelia Herrera, hizo un relato divertido a los niños y niñas presentes en la Plaza del Arenal, para que conocieran y descubrieran que ella, como levadura, ha formado parte de nuestra cultura vitivinícola a lo largo de la historia. Les desveló algunos de los secretos mejor guardados y pudieron jugar detectando ciertos tipos de aromas gracias a diferentes fragancias (especias, frutales, dulces, cítricos) y sabores gracias a golosinas.
Tanto Carmen como Noelia, creen en el vacío existente con respecto a nuestra formación de base sobre el vino, elemento cultural y de riqueza del Marco de Jerez y que ha sido y debe seguir siendo nuestra seña de identidad. La formación vitivinícola se hace necesaria desde pequeños pues, como se ha comentado antes, es uno de nuestros pilares culturales y estamos obligados a su divulgación y continuidad en el tiempo.
Para ello han creado este personaje, “Flor, la levadura del Sherry”, una simpática levadura que será la encargada de esta propuesta formativa, haciéndolo siempre desde la visión de la formación y el aprendizaje que conlleva todo el proceso de la vitivinicultura y nunca desde un enfoque de consumo, siendo su objetivo principal, conseguir un aprendizaje ameno y a la vez fundamentado sobre el nacimiento y elaboración de nuestros vinos, cultura viva de nuestra historia.
Para ello, se han creado unos libros de aprendizajes llamados “Aprende con Flor, la levadura del Sherry” y se están realizando una serie de CURSOS-TALLERES, pero siguen diseñando estrategias para conseguir mayor agilización y aprovechamiento de los recursos disponibles, así como fidelizar a los sectores sociales ya vinculados de una forma u otra con nuestro proyecto (colegios, bodegas, administraciones, particulares) y así poder dar una cobertura a una necesidad imperiosa de formación en los valores culturales del mundo del vino que va afianzándose día a día.
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