Viña El Caribe, situada según el nuevo plano de distribución de pagos realizado por el Consejo Regulador en el Pago de Orbaneja aunque tradicionalmente se ha considerado como una viña correspondiente al Pago de Añina.
Tiene una superficie de 61,50 has de tierras albarizas plantadas de viñedo de la variedad palomino fino 161-49.
Debe su nombre a su propietario, Don Francisco Ponce de León, primer coronel de las Milicias de Jerez, a quien se conocía como “El Caribe”, por su terrible mal genio. En castellano se llama “caribe” al hombre que se pasaba a la facción, es decir, al motín o la rebelión, por lo que es sinónimo de levantisco, agresivo, turbulento. Así lo afirma Larra en sus “Artículos”.
Por tanto, aquel Francisco Ponce de León, debía de ser un hombre de armas tomar y de un pronto terrible.
Más tarde la viña pasó a ser propiedad de la familia Sancho, según cuenta Manuel María González Gordon en su obra “Jerez-Xérès-Sherry”(página 216) diciendo:
En el folleto titulado “Beverages de Luxe” hemos tenido ocasión de leer un artículo de Mr. Geo. E. Howell, titulado Sherry, del que traducimos unos párrafos a continuación, por referirse a este asunto:
«La antigua familia Sancho, propietaria desde hace muchos años de la célebre vina El Caribe, envió por encargo a California algunos plantones de sus mejores y más vigorosas cepas, fueron allí injertados, y el resultado conseguido en cada caso fue la obtención de hermosísimas plantas, pero nunca se obtuvo vino que tuviese la más remota familiaridad con el jerez«.
En realidad, lo que hicieron en la primera decena del S.XIX fue el llevar a América injertos de nuestras viñas para injertarlos en las cepas americanas (que habían llevado allí nuestros misioneros en el XVI). Se hizo para intentar salvar nuestras vides de la filoxera.
Los Sancho fueron propietarios de la viña El Caribe hasta bien entrado el S. XX, momento en que la Viña pasa a propiedad de las Bodegas Domecq.
A mediados de los años 80 la Viña es adquirida por la familia Espinosa y desde mediados de 2016 en que la citada familia ha adquirido las Bodegas Díez-Mérito, creando la nueva compañía Bodegas y Viñedos Díez-Merito a la que se incorpora éste viñedo a bodegas de sobria presencia como son la de Bertemati, majestuoso edificio bodeguero de 1.790 y la Bodega de El Cuadro de 1.819.
En cuanto a la construcción originaria de la Viña el Caribe, ésta es de 1838 con una estructura nuclear compacta en volumen único. Este volumen se encuentra dividido por muros de carga, según la dirección principal, en cuatro crujías similares. En la primera se sitúan la vivienda del encargado y la casa de la gente y tras ella el lagar, que cuenta con maquinaria hidráulica, y dos naves de bodega. Sobre el lagar existe un soberao.
En el exterior, hacia la explanada del almijar, que es por donde se realiza el acceso, se llevó a cabo una operación de «fachadización» con elementos importados de la arquitectura culta de procedencia urbana: cornisas, pilastras almohadilladas y pretil rematado con jarrones que oculta la cubierta. Presenta una composición simétrica de tres cuerpos, de los que el central, descubierto, estaba constituido por un portal de tres arcos. Los dos laterales se encuentra tapiados.
