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La Taberna de Cristo

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La Taberna de Cristo

Taberna La Sureña Casa CristoJunto a la torre octogonal o albarrana del Alcázar jerezano se descubre la Alameda vieja, un precioso paseo que se encuentra fagocitado entre la Catedral, las prestigiosas bodegas González Byass y el antes nombrado castillo almohade.

Justo en este enclave se divisa un establecimiento donde nosotros nos dirigimos, la Taberna Casa Cristo, ‘La Sureña’ para los amigos. Saludamos a la parroquia y entramos para ver a Cristo, de fondo se escucha la canción “Señor Troncoso” de los Trianas.

Nos acercamos a la barra y pedimos un vaso de oloroso, al instante vaso en barra lleno de este fantástico Jerez, pegamos ‘buchito al lorito’ y os describimos la taberna.
Taberna La Sureña Casa Cristo
El establecimiento, aunque se considera Taberna, tiene toda la esencia de un Tabanco jerezano, de hecho el único vino que posee en sus botas es vino de Jerez. Siete gamas de jereces son las que conserva este establecimiento, donde aparte de consumirlas en barra, también funciona como un despacho de vinos. –Ponme una morenita- pide un parroquiano -¿De ojos verdes?- contesta Cristo, o simplemente Cristóbal Cordero Torres, actual regente de la taberna. Casa Cristo abrió sus puertas hace veinte años, es decir, en 1993 siendo anteriormente un taller, aunque por la fisionomía del lugar podría corresponder a antiguas caballerizas, ya que muchos de estos establecimientos se conservan en dichos lugares.

Taberna La Sureña Casa Cristo

La historia de este tabanco comienza con Cristóbal Cordero Buendía, un arrumbador que más tarde se formó en enología y microbiología llegando al status de capataz, conoció la bodega y trabajó la viña, en este caso la denominada ‘viña el Diablo’ hoy finca Garvey (como nos comenta su hijo Cristo). Por circunstancias de la vida, decidió junto a su hijo montar un Tabanco, aunque por aquel entonces el nombre más “comercial” era Taberna, una peculiaridad que sigue hasta nuestros día en ‘La Sureña’.

La Taberna de CristoTerminado el lorito “ya hemos hecho la cama” y nos disponemos a beber fino, Cristo saca un jarrillo de muestra del refrigerador, y nos quedamos con la copla que es el mismo jarrillo el cual brinda orgullosamente su padre en una foto expuesta en la pared. Ahora pega el “Stairway to heaven” amigo Cristo, pero lo que realmente suena son los Iron Maiden, concretamente el “Aces High”… -Esa foto es de los años setenta, creo recordar que en las Bodegas de Sánchez Romate- nos comenta. Pues compadre, este fino está de lujo y servido en esa jarrilla lo hace más característico (a ver que tienes por ahí para picar) porque el vino de Jerez, no es para beberlo solo, hay que acompañarse de buena gente o buena comida según pida “el Señor Don Buche”.

La Taberna Casa Cristo, es un lugar donde el copeo se hace diferente con una compañía formidable, es el único Tabanco jerezano que apuesta por un maridaje hacia el Jazz, el blues, el Soul, el buen Rock o incluso el Ritman Blues  “donde los moteros de todos los lugares de España vienen a tomarse unos vasos” incluyendo por supuesto el jerezanísimo Moto Club Cherookee, de donde el amigo Cristo forma parte – aquí si alguien viene con una guitarra, solo tiene que enchufarse a estos amplificadores- comenta – aunque también han venido músicos con flautas e incluso acordeones, todo el mundo tiene cabida en esta casa– matiza. Un lugar donde lo frecuenta toda clase de público para pedir en el altar de las cinco botas refrigerio, y es que el mostrador o la barra, para que nos entendamos, la sostienen cinco botas pintadas de negro, como debe de ser.

Y eso mismo… andanas de botas, junto a rociadores, canoas, logotipos de Harleys, amplificadores y Guitarras forman parte de la estética. Yo mismo tuve la fortuna de conocerlo cuando el Tabanco en sí era un pasillo de banderas, era como las naciones unidas del motociclismo. Y todo esto, unido a las fantásticas raciones de chacinas que ofrece la Taberna a un precio asequible, chicharrones de los que no engordan y buen queso por supuesto acompañado de vino de Jerez, o si lo prefieres puedes encargar una cata de jereces de categoría con su degustación respectiva de queso viejo o chacinas a buen precio. Cuando salgas, seguro que ves el Alcázar o Jerez de una manera diferente.

Por cierto, se me olvidaba, en Casa Cristo (mientras de fondo suena “Space Oddity” de David Bowie) tienen un buen amontillado anteriormente denominado “Monsen Manuel” en homenaje a un cura del barrio Manuel Abab Fajardo, siempre bromeaba en que nadie le había dedicado una bota de vino, hasta que un día Cristóbal le puso su nombre a uno de sus mejores vinos, el amontillado “Monsen Manuel” una buena manera de bendecir un buen vino, sin duda.