El Vino de Jerez nace en el campo gracias a la albariza y a una de las uvas más productivas establecidas en el Marco de Jerez, la Palomino. El Jerez es un vino que sobretodo se mima en bodega, se cuida hasta el más mínimo detalle de una manera totalmente artesanal. Desde las Sobretablas, se trasiega en escala hasta llegar a las Soleras en esas cunas llamada ‘Botas’, dichas vasijas de roble americano previamente envinadas, albergarán uno de los vinos más refinados, elegantes e infinitamente personales que se hayan creado.
Pocos se abran fijado o hallan caído en percibir como está sujeta esta estructuras de botas denominada muchas veces como ‘Pierna’ otras como ‘Cachón o la designación más común conocida como ‘Andana’.
El que escribe, ha tenido y tiene la oportunidad y suerte de trabajar en uno de los oficios históricos más bonitos que perduran hoy en día en nuestro presente, la ocasión de aprender de la mano de estos maestros ‘arrumbaores’ ayuda a sensibilizarte más aún si cabe en este maravilloso mundo que es el Vino de Jerez.
Lo primero que hay que realizar para comenzar la ‘faena’ de almacenaje o simplemente almacenar es aparejar calzos. Los calzos se componen de tres partes materiales bien distintas; una es la ‘Bocacha’, una cuña de madera que será la que agarre la bota jerezana, esta se aparejará con el ‘Llano’, cuadrado regular de roble americano, eucalipto o pino que sirve como base a la bocacha. Y por último la ‘Chirlata’ de grosor mucho más fino que el llano, servirá sobre todo para nivelar con el suelo la denominada escalera de madera –disposición de palos largos y ‘espolines’-, estructura base donde se procederá al almacenaje de botas.
Una vez planteada la escalera y medida al milímetro, se sucederá a la colocación de las barricas jerezanas, estas se ‘Contrearán’ o juntarán entre ellas con llanos y chirlatas o igualmente se pueden unir con los denominados ‘Bocadillos’. Para crear una estructura compacta de madera que servirá de soporte y crianza a uno de los mejores Vinos del mundo.
A la salud de Antonio Quintero ‘Nono’ por su asesoramiento y a Manuel Neira caminante y compañero.