Nos encontramos hoy en el parque Sandeman, hace unos años, precisamente en 2014 escribimos un pequeño reportaje sobre el deplorable estado que se encontraba el monolito de George Sandeman (1765-1841). Pero lo que hoy nos encontramos parece más el retrato de ‘Dorian Gray’ de nuestra ciudad que un monumento a ‘algo’.
Sinceramente, que una papelera sea más estética y bonita que un monolito a una figura histórica, hace pensar que la desidia de los que nos gobiernan es ya cachondeo. Incluso la bodega de D. Gerardo ya ni huele a Jerez, de hecho se ha puesto a la venta, y el contiguo parque Sandeman cada vez está más desolado por el ‘arboricidio’ desmesurado que estamos padeciendo en nuestra ciudad, hace que la situación en la zona sea lo más parecido a una antigua ‘hoyanca’ .
Pero ¿quién era la personalidad que este monolito desecho quiere ‘homenajear’? Pues, un escocés llamado George que decidió invertir en Jerez tras el éxito, entre la parroquia londinense, de su negocio especializado en jereces y tintillas de Rota. Aunque también le daba por vender el palo de nuestros vecinos portugueses, ese vino ancestral denominado Oporto.
El señor Sandeman fue ampliando horizontes, estableciendo la denominada “The House of Sandeman” en Jerez y Oporto. Los jereces de Pedro Ximénez hacían las delicias en las bocas inglesas, causando nuestros vinos gran renombre entre sus compatriotas.
Pero no adelantemos, su aproximación a nuestra tierra fue en primer lugar, a causa efecto de suministrar sus vinos en la bodega del Cósul James Duff. Luego, Mr George, fundó una oficina en la Tacita de Plata por el año (1809) (recordemos, que por aquel entonces y en plena guerra de la independencia española, Jerez era más vulnerable que Cádiz para ser tomada por las fuerzas Napoleónicas). En 1822, mantuvo una asociación con José Pemartín y así, con el paso del tiempo, hasta comprar Sandeman las 800 botas de solera extraordinaria de A. Bernaldo de Quirós en 1894. Conservándose en la actualidad, en esta prestigiosa Casa bodeguera una excelente y cuidada colección de ‘Very Old Rare Sherry’.
Pero para nuestros políticos y sus poderes fácticos poco importa la historia, de hecho no penséis que George Sandeman era racista y esa corriente de iluminados ‘antimonumentos’ se ha cebado con el monolito. Espero que no crean muchos de los políticos que nos gobiernan que el pobre George pertenecía al PP, aunque tampoco antes con este Partido Popular estaba muy cuidado y esperemos que no pensara en su momento que era del PSOE. Lo que si es cierto es que George Sandeman es historia y patrimonio de Jerez. Y que los políticos deberían de empezar a trabajar por todo el pueblo que representan en vez de por y para sus partidos podridos, que sin duda alguna, sólo a ellos les pondríamos muchos de nosotros un monolito como el que ahora mismo tiene George Sandeman.
