El avance de la vacunación está propiciando que poco a poco volvamos a una nueva normalidad en nuestro día a día, cada vez más parecida a la que teníamos antes de la llegada de la pandemia.
Muestra de ello, es la vuelta de fiestas que se celebran anualmente en ciudad, como las Fiestas de la Vendimia, que tendrán lugar del 4 al 19 del próximo mes de septiembre.
Unas fiestas en las que, al igual que en ediciones anteriores, se apuesta por incluir actividades orientadas a la participación de los más pequeños de la casa, como la “Muestra de Oficios bodegueros” o la “Pisa de la Uva Infantil”.
Bien es cierto que la educación en los Vinos de Jerez es necesaria, aunque al tratarse de un producto de consumo para personas adultas, tienen que existir limitaciones si tratamos de divulgar la Cultura de Jerez a menores de edad. Aunque esa cultura del Jerez es realmente versátil y desde un punto de vista teórico, puede dividirse en dos grandes grupos, la Viña y la Bodega, que bien podrían aplicarse a la educación del grupo de menores y el grupo mayores de edad, respectivamente.
Estoy muy de acuerdo con que se organicen actividades didácticas infantiles sobre los oficios bodegueros, procesos de vendimia, la viña, el terruño… porque son parte de nuestra industria, quizás la más potente de la ciudad, y pueden sembrar en ellos la semilla del interés por continuar aprendiendo sobre los Vinos del Marco cuando crezcan.
Soy de la opinión de que la formación es fundamental para que se desarrolle la cultura. Encontrarte con ciudadanos y ciudadanas de Jerez que no sepan distinguir (y mucho menos explicar) la gama clásica de Jereces, es cuanto menos inquietante. Si fuéramos conscientes de lo que Jerez debe al Jerez, entenderíamos que no sólo hablamos de vinos, también son parte de nuestra sociología.