Las espadas siguen en todo lo alto en cuanto al conflicto creado en el Marco de Jerez por el uso del envase de la bolsa en la caja de cartón. Una gran mayoría del sector bodeguero se opone a este formato, pero ve cómo la Consejería de Agricultura sale al paso de todas las medidas en su contra que aprueba el Consejo Regulador, lo que se interpreta como una muestra de apoyo abierto a las bodegas de Sanlúcar que comercializan manzanilla en este formato. En este contexto crece el temor a que este asunto sea uno más de los que se eternizan en el Marco.
El Consejo Regulador le ha dejado claro por tercera vez a la Consejería de Agricultura que no quiere que en el Marco de Jerez se envase en ‘bag in box’, que a su vez le ha venido de nuevo a la institución jerezana con ‘peros’ que, en la práctica, sin duda van a prorrogar en el tiempo el conflicto que el Consejo mantiene con el grupo de bodegas de Sanlúcar partidarias de este envase, con Hidalgo-La Gitana, Argüeso (‘San León’) y Yu
ste (‘Aurora’) a la cabeza. Como no se han adoptado medidas cautelares (el tema, por el momento, no se ha judicializado) y los expedientes sancionadores abiertos por el Consejo no se sustancian, la realidad es que esta práctica no autorizada sigue creciendo, ya que cada vez son más los bares y tabernas, sobre todo en la provincia de Sevilla, que lo utilizan aduciendo básicamente comodidad y precio.
Hace menos de un mes, a propuesta de la propia Consejería de Agricultura, el Consejo aprobó la modificación de los pliegos de condiciones del jerez y la manzanilla para terminar con cualquier duda posible sobre los envases autorizados para el canal de hostelería, concluyendo en la nueva redacción, literalmente, “ratificar el acuerdo de pleno de 29 de septiembre de 2015 y la posición mayoritaria del 95% del sector comercializador en favor de que todos los envases que contengan los vinos protegidos [jerez y manzanilla] sean única y exclusivamente de vidrio”. Pese a esta redacción contundente y a que bodegas como La Guita, Barbadillo (‘Solear’) o Delgado Zuleta (‘La Goya’), que suponen por volumen una mayoría holgada de la manzanilla, están a favor de las tesis del Consejo, la Consejería ha solicitado a la institución que le justifique su decisión de que el vidrio sea el único envase seleccionado y, en consecuencia, aunque sea por omisión, diga por qué no se permite el ‘bag in box’. Por tanto, son varios los meses que hay por delante hasta que haya una decisión firme (recursos, alegaciones, resoluciones), eso sin descartar que se produzcan desde la Consejería nuevas ‘fintas’. Desde el sector se habla abiertamente de comprensión y simpatía de la Consejería hacia las tesis de las bodegas díscolas, apoyadas abiertamente por la secretaria provincial del PSOE y ex alcaldesa de Sanlúcar, Irene García.
Tendrá que hilar fino el Consejo Regulador en la redacción del informe ‘justificativo’ para la Consejería. Todo indica que argüirá las tesis de imagen y prestigio que viene manteniendo el sector, el hecho de que Jerez (y, en consecuencia, la manzanilla de Sanlúcar) quiere recuperar su sitio entre los grandes vinos del mundo y que para ello debe cuidar todos los detalles, lo que incluye al envasado. Incluso apuntan a que el ‘bag in box’ causa perjuicios económicos al sector, ya que reposiciona a la baja al vino amparado y, en última instancia, hace peligrar la inversiones y el empleo. Enfrente, las bodegas partidarias del ‘bag in box’ defienden que se trata de un envase perfectamente homologado y en plena expansión a nivel mundial (en la Unión Europea habilitado para vino desde hace más de treinta años); otras denominaciones de origen lo utilizan sin problemas, e incluso, en principio, es un tipo de envasado más higiénico que prácticas que perviven debidamente autorizadas en el sector, como la comercialización de vino a granel envasado en garrafas.
Entre los quiebros y requiebros del Consejo Regulador y la Consejería de Agricultura el tiempo pasa y el envasado y comercialización en ‘bag in box’ de hecho sigue en marcha porque, como se ha señalado más arriba, los expedientes abiertos por el Consejo Regulador no se sustancian por ahora en propuestas de sanción, ni siquiera en temas que no dan lugar a la más mínima interpretación, como es el hecho de que las precintas del Consejo Regulador que estas bodegas están colocando en las cajas son las de las garrafas de granel, cuya capacidad no coincide (las garrafas van por arrobas y divisores y el ‘bag in box’ habitualmente en múltiplos de cinco litros).
La última cifra sobre volumen aproximado de ‘bag in box’ que aportó el sector a finales de la campaña pasada estaba en un millón de litros, pero todo indica que ese dato ha podido quedar desfasado, sobre todo desde que hace unos meses estas bodegas decidieron dar un paso cualitativo adelante y etiquetar abiertamente como manzanilla el vino envasado en este formato, algo que hasta el pasado otoño evitaban, procediendo a su descalificación, (eso sí manteniendo alusiones indudables a que el contenido era – o había sido, mejor dicho- manzanilla, con expresiones como ‘muy fina’ o ‘en rama’).
Por último, es significativo que este asunto en Jerez ciudad se perciba por buena parte de la opinión pública y política como un tema exclusivamente sanluqueño. Primero porque buena parte de las bodegas jerezanas tienen también intereses en la manzanilla y, segundo, y tal vez más importante, porque el ‘bag in box’ termina por afectar directamente a todos los vinos del Marco de Jerez, ya que donde aparece ‘retira’ tanto a las marcas de manzanilla como a las de fino en vidrio. De hecho, tras décadas de abandono en favor de la manzanilla, el fino estaba regresando tímidamente a Sevilla, por seguir hablando del epicentro del problema, pero se trata de un regreso que se está viendo truncado con la proliferación de la ‘caja con una bolsa dentro’ en los dos o tres últimos años.
Imágen de portada procedentes de www.losvinosdecadiz.com