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El Fino de Sanlúcar, La Clave de la Partida

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A Pie de Bota
Fotografía de Portada realizada por Francisco J Becerra

El sector recapacita tras el duro debate que se vivió en la última reunión de la ‘supercomisión’ sectorial. La actualidad y la vigencia de la Manzanilla como D.O. no está sobre la mesa aunque se pide a las bodegas sanluqueñas que cedan y no elaboren fino por coherencia con la propia D.O.

Una mesa. Un tablero. Qué habitual es decir de una situación concreta en la que hay dos posturas que se bloquean una a la otra que es como una partida de ajedrez. Una de esas partidas igualadas, en las que aparentemente ocurre poca cosa, pero en la que los rivales saben que en cualquier momento se puede producir una jugada que desencadene otra, y otra, y una más y esa posición trabada, que cuatro movimientos atrás parecía inextricable, quede de repente expedita. Sin abusar del tópico y sin hablar de victoria para ninguna de las dos partes, eso es lo que ocurre con el ámbito de negociación de la ‘supercomisión’ de la que se ha dotado el propio Marco de Jerez para sacar adelante los grandes temas que a día de hoy están pendientes de solución con vistas a modificar en bloque el pliego de condiciones de sus vinos amparados, entre los que cabe destacar la desaparición del fino de Sanlúcar, la apertura de la crianza del vino de Jerez a toda la zona de producción, o incluso la eliminación (total o parcial) del granel, una vez encauzado judicialmente el asunto del envasado de manzanilla en ‘bag in box’.

Esta ‘supercomisión’ lleva más de un año de trabajos sin que se hayan producido avances aparentes, aunque en el sector se tiene la sensación que se ha mencionado en relación al ajedrez: es cierto que no está habiendo acuerdos sobre temas parciales, pero existe la percepción –o la voluntad- de que si se llega a un acuerdo determinado éste arrastrará al resto de temas. La negociación se está realizando en todos los frentes abiertos, con una estrategia por parte de las bodegas de Jerez de ‘todo o nada’, ese es el estado de la partida, al filo de una serie de movimientos definitivos. Eso sí, ya no se habla forzosamente de consensos. En el sector dejó de hablarse de su necesidad ‘imperiosa’ hace ya varios meses, y se dio paso a la suficiencia de mayorías cualificadas, una idea que sin duda se refuerza con la salida del PSOE del gobierno de la Junta de Andalucía, defensor siempre de que los grandes temas sectoriales cumplieran esta premisa.

En este contexto es en el que hay que ubicar la reciente polémica que se vivió en la última reunión de esta ‘supercomisión’, sobre todo en relación con el fino de Sanlúcar. En su transcurso, y ante la habitual postura en contra de su desaparición por parte de las bodegas de Sanlúcar –que lo contemplan generalmente como una especie de derecho adquirido, aunque no todas lo comercializan- se produjo un intercambio de opiniones digamos que un tanto grueso, pero que se debe más a un ‘calentón’ a consecuencia del debate que a una opinión debidamente fundada. Los hechos son sabidos: como quiera que desde Sanlúcar se insistió en poder seguir elaborando fino, por la parte contraria se puso sobre la mesa que, en contrarréplica, las bodegas de Jerez y El Puerto podrían volver a plantearse elaborar manzanilla, como se hacía hasta los años 60 del siglo pasado, e incluso que la denominación sanluqueña volviese a ser de hecho un tipo más de vino de Jerez, como lo fue en su día. En realidad, este no es el sentir en las bodegas de Jerez ni en su patronal, Fedejerez, ya que casi nadie quiere que el vino sanluqueño vuelva atrás más de cincuenta años en el tiempo, aunque es cierto que existir, esas voces existen. Lo cierto es que desde Jerez se quiere hacer ver a la otra parte que no se trata solo de un ‘quid pro quo’, sino que se va un paso más allá y se apela a la coherencia. Se trata de que Sanlúcar entienda que la manzanilla es como se da el fino en esta ciudad. Fino y Manzanilla tienen el mismo proceso de elaboración y es precisamente –y en efecto- el tantas veces mencionado microclima de la localidad de la desembocadura del Guadalquivir el que determina la singularidad de la manzanilla. Luego, si elaboras manzanilla no puedes elaborar fino, no se puede elaborar fino y manzanilla a la vez; incluso, no reconocerlo, de alguna manera va en contra de la defensa de la propia denominación de origen sanluqueña. Ese es el planteamiento real desde Fedejerez.

Este tema lleva más de un decenio en la carpeta de asuntos pendientes del sector. Es un hecho que cuando se apostó por la manzanilla de Sanlúcar como denominación de origen hubo bodegas de Jerez y El Puerto que renunciaron a prácticas hasta entonces permitidas en relación con el uso del nombre ‘Manzanilla’ y que, efectivamente, no hubo –ni se planteó- reciprocidad al respecto. Estamos hablando de los años 60, mucho antes de que se produjera el denominado ‘boom’ de la manzanilla -años 80 y 90- que fueron décadas con un crecimiento exponencial de las ventas del vino sanluqueño, en contraste con un retroceso generalizado en las ventas del jerez. Ahora las cosas se ven de distinta manera y se estima que si una bodega de Jerez (o de El Puerto) tiene que realizar inversiones en Sanlúcar si quiere tener manzanilla o acudir a un tercer operador (con la consiguiente pérdida de rentabilidad), por supuesto sanluqueño, si quiere hacer frente a un determinado pedido de manzanilla de un cliente, no parece lógico que las bodegas sanluqueñas puedan comercializar fino o manzanilla en función de su propia cartera de pedidos.

De nuevo se trata de apelar a la coherencia. Bien… este tema se contempla, como ya hemos señalado como uno más de una compleja partida con distintos frentes y con la búsqueda de una solución de conjunto. En Jerez no se piensa que se haya producido ningún paso atrás después de la reunión un tanto tumultuosa del otro día, diciéndose cosas que, hay que insistir, están muy lejos de figurar en la agenda de Jerez para la manzanilla. Cuando se creó la ‘supracomisión’, Fedejerez aspiraba a que hubiera vía libre en estos temas –algunos, como se ha señalado, candentes desde hace más de un decenio- y el salto a 2019 por ahora se contempla con tranquilidad, la de esperar un movimiento que lleve a otro y otro… y se desbloquee finalmente la partida.