Esta vez nos encontramos en el interior de la Casa Bodeguera de González Byass, la denominada por sus trabajadores “La Central”. Situada justo en uno de los vértices de un triangulo perfecto, donde conviven, a grosso modo, la industria vitivinícola y los monumentos principales de la ciudad; el monumental Alcázar jerezano y la solemne Catedral de la diócesis Asidonia-Jerez respectivamente.
Dentro de la casa del Tío Pepe, podemos observar que los jardines se funden con las bodegas catedrales y mudéjares que habitan en su interior. Una autentica belleza para los que tengan oportunidad de visitarla. Caminamos por sus calles empedradas y dejamos atrás la bodega “la cuadrá”, entre la fragancia a Jerez y el olor a jazmín, frente por frente nos encontramos con el monumento levantado en honor a Manuel María González Ángel.
El monumento que en un principio estaba instalado muy cerca de la bodega “la Concha”, como nos añade “D. Manuel Pérez Celdrán”, a través del Gerente de la Fundación González Byass, D. Jesús Anguita, que muy atentamente nos atiende. Se hizo “para celebrar el centenario de la empresa en 1935” –añade-. Nos acercamos para verlo más detenidamente, y os narramos; el monumento en sí consta de un busto del fundador de González Byass donde reza una placa “A la Memoria del Excmo. SR. ON. Manuel Mª González Ángel Fundador de esta casa 1835 – 1935”.
Manuel María González, para los que no lo sepan, nació en Sanlúcar en el año 1812 y falleció en Jerez en 1887, asociándose con su agente de Inglaterra Robert Blake Byass, brotando así, desde ese instante, como una gran cepa de palomino lo que hoy se conoce como González Byass. Recomendamos el Libro de Begoña García González Gordon “Un paseo por González Byass” y sinceramente hacen falta en Jerez más libros como este.
El mismo monumento intercede como si fuese un manantial, arropado asimismo por simbólicas “tiestas” o testa de botas Jerezanas. En la izquierda y derecha del busto respectivamente, nos llama la atención unos bocetos firmados por Rivelott que añaden la palabra “bocetos”, el boceto de la izquierda se descubre un carro transportando dos botas de amontillado Viña AB, arreando a los mulos un arriero, este motivo fue fechado en el año 1932. En el lado contrario, es decir, a la derecha del busto hallamos otro boceto, donde muestra dos “faenas” diferentes de los “arrumbaores”. El “jarreo” a tercera escala, y la manera de almacenar las botas en una andana, en este caso de Brandy, donde se puede percibir la palabra coñac en una de las botas delanteras, y justo en la siguiente barrica se observa además, la fecha escrita y escondida del mismo José María Rivelott en el año (19)32.
El mismo busto de Manuel Mª González Ángel, posee una copia que se encuentra, como nos añade Jesús Anguita en la bodega de “los Apóstoles”, justo donde se hallan las botas más antiguas de la casa bodeguera y que han sido sometidas a una ardua restauración. Estas botas como anécdota son de madera de cerezo del siglo XVIII y montadas en “Candioteras” atreviéndome incluso a decir que son únicas en Jerez.
Saliendo de los Apóstoles justo en la estancia de “Escritorios” u oficinas, descubrimos dos fantásticas figuras sedentes de Pedro Nolasco González Soto, hijo del Fundador y Robert William Byass, nieto de Robert Blake Byass, hechas en bronce y creadas como no, por el excelente escultor jerezano José María Rivelott Vicente y datados del año 1933.
