En la columna de hoy me gustaría recomendar la visita a ‘La Galería del Jerez - Colección Roberto Amillo y Bodegas Altanza’, a todos los amantes de la historia del Jerez más bodeguero. Una colección que desprende ese aire costumbrista de la Bodega, el Jerez y el Brandy.
Me sorprendió la gran cantidad de objetos y curiosidades que se exponen en sus instalaciones; etiquetas, fotografías, documentos, merchandising y multitud de botellas antiguas que en su conjunto, ponen de manifiesto el esplendor que muchas de las casas bodegueras del Marco tuvieron antaño.
Desde un punto de vista teórico, bajo mi punto de vista, la exposición cumple con los cinco principios museológicos. En primer lugar, porque todos los elementos que la componen están contextualizados a pesar de tener diferente procedencia y naturaleza, adquiriendo unidad.
En segundo lugar, el contexto en la que se expone es estético y guarda una relación directa con la temática. La Galería se encuentra ubicada en la esquina entre calle Jardinillo y Asta, en una bodega completamente reformada a la que se accede por un coqueto patio de trabajadero.
Otro principio que también cumple, es la suma del disfrute y deleite sensorial a la experiencia estética. El recinto cuenta con una Sacristía de Vinos de Jerez propios, que pueden degustarse mientras contemplamos la exposición, agudizando en gran medida la sensibilidad del visitante. Además, la Galería fomenta la formación en la historia y tradición del Jerez y sus Bodegas, aumentando la puesta en valor de una de las industrias más importantes de la ciudad.
Sin duda, propuestas tan interesantes como ‘La Galería del Jerez’ son capaces de incidir en la sociedad, fomentando la cultura y generando una oferta alternativa muy necesaria para impulsar nuestro motor turístico y económico.